El poder... el valor de una mirada
Marzo y abril fueron meses intensos. Muchas promesas y procesos que había empezado en un trabajo que es mi pasión, y tener que hacerlo con la salud desgastada, a veces anclada en una cama, sin explicación. La prescripción médica que no es necesario develar, indicaba que debía descansar. Y mientras tanto, tenía que contentarme con los espacios de silencio y calma para sacar la vuelta a la doctora y a mi familia... y pensar, leer, escribir y seguir la vida... sin hablar, solo mirando y haciendo algo con las manos y lo que la cabeza me permitía. Mi hija cayó igualmente enferma... Solo "el hombre de la casa" debía asumir el 100% del 70 que ya asume (según información fidedigna de mi hija, en un análisis sobre el reparto de tareas domésticas en casa, en un taller sobre feminismo). En total, fueron dos meses entre descanso obligado -porque literalmente, no me podía mover-; y el que intentaba hacer cuando mi familia supervisaba. Ciertamente, las miradas atentas de
mi hija y mi marido, ayudaron a no quebrantarme a conciencia...
Habíamos planeado viajar a La Palma y basta mirar las fotos para saber qué bien me hizo encontrame con el mar, la sal y la comida fresca con sabor a brisa de agua y amor. La mirada del mar me copó totalmente y solo había que andar un poco para tropezarme con ella. La Isla Bonita ha sido una bendición durante la Pascua... un recuerdo de Dios en mi vida.
Paralelamente, saber que hay nuevos aires en el Arzobispado de Lima, me hacía más feliz todavía. El mismo día que naciera mi hija,
Carlos Castillo era nombrado Arzobispo. Dejo el registro de este importante acontecimeinto, no solo por la alegría que me causa sino porque he conocido de cerca a Carlos, el Padre Castillo, y él sabe lo importante que fue en la vida de nuestra comunidad, en los primeros a
ños de juventud. Esa mirada, su acompa
ñamiento, es ya una muestra del valor de esta compa
ñía para la iglesia peruana.
Regresando de La Palma, me encontraba mucho mejor y empecé retomando muchas tareas, alegrándome por los resultados de un trabajo colectivo y comprometido de tantas personas en mi asociación.
Nuevos inicios
Ayer, fue la despedida de la comisionada de Integración de Pankow, el distrito que me ha visto nacer como nueva ciudadana berlinesa, sin pasaporte. Katarina Niewiedzial inició su trabajo el año 2014 en el distrito de Pankow. No tuve que investigar mucho sobre ella. Me bastó conocerla personalemente y desde el primer día, iniciar un período de reflexiones y discusiones que nos conectaron hasta hoy, hasta cuando se pueda... Menciono este hecho porque la base de cualquier acción en el distrito fue siempre precedido de ese tiempo de intercambios y reflexiones cara a cara, en la que nos íbamos conociendo y re-conociendo como personas en un proceso identitario especial por ser mujeres, madres, profesionales y con lenguas y/o culturas diferentes a la alemana... Lo valioso de nuestros intercambios nos permitió coincidir en algunos puntos claves que se han institucionalizado en nuestro distrito:
- un marco conceptual positivo como base del trabajo de integración,
- especializar nuestro trabajo en base a temas claves, mas aun reconociendo el potencial de nuestro distrito - las MSO, las organizaciones de migrantes.
- poner acento en la cooperación y la visión común, más que en la competencia.
- Hacer puentes entre la sociedad civil migrante organizada - MSO - y la administración pública. Más allá de la discusión política dar paso al encuentro entre personas.
Sin ignorar los problemas, necesitábamos dar espacio a esa otra verdad, que no siempre aparecía ni en los medios ni en el discurso oficial. Pankow es uno de los distritos pioneros de esa nueva visión, en base a la mirada alternativa de nuestra ex comisionada. Con ella, el distrito y sus organizaciones hemos crecido en varios aspectos y no es una casualidad que haya un antes y un después de cada historia de las MSO, paralela al antes y después de Katarina en Pankow.
Tengo sentimientos encontrados. Creo que ganamos mucho con Katarina y me alegra profundamente su ascenso, pero también sé que ya la extrañamos y que ella misma tendrá que crecer para alcanzar a más personas y situaciones. La precariedad del tiempo podría descompensar otras áreas...
Con Katarina hemos avanzado mucho y el equipo que ha construido augura muchas promesas de continuidad. Las alianzas creadas son una base importante para la sostenibilidad de los procesos, pero la mirada que nos acompa
ñaba es una fuerza que deberá recolocarse en Pankow. Por herencia de mi madre y mi padre, recibir la confianza eleva a N el nivel de respuesta y compromiso. La confianza recibida por Katarina en mí, en mi asociación, fue y es un desafío
in crescendo. Qué orgullo, pero también qué responsabilidad fue y es recibirla. Ahora que no está, esa confianza es la mejor herencia, para cultivar y enriquecer.
Es parte del proceso, trabajar y creer que podemos hacerlo sin depender de fuerzas especiales. Esa prueba de fuego viene ahora. Qué valor damos a nuestra mirada en relación a las y los demás. Qué cambiar para aprender a mirar de esa otra manera, VER lo mejor de cada persona y hacerla surgir.
Gracias Katarina por hacer que esa MIRADA prenda en nosotras y porque nos queda la certeza que puedes irte de Pankow sin dramas. No era ni es un cuento creer en nosotras, como nosotras seguimos apostando por ti.
Todo lo mejor querida Kasia.