Creo que mi angustia creció cuando me daba cuenta que no estaba invirtiendo tiempo en estudiar alemán, en no saber cómo sería hacerme un espacio en este país y al no encontrar una plaza en el Kindergarten. Estudiar alemán con un hijo es posible en Berlín pero todo pasa por demostrar que necesitas hacerlo administrativamente y, a veces, por encajar en ciertos perfiles que no coincidían con el mío.
En ese proceso, comprendí que la relación con mi hija debía cambiar y que debía aprender a disfrutarla y a dejarme sorprender por lo nuevo que se venía. Empecé a salir más y experimentar a mi hija en espacios más suyos que míos. Así lo pensaba yo entonces. Frecuentábamos talleres, parques infantiles de juegos, los llamados Cafés para padres y madres y demás lugares en donde solo veía niños y mamás. Comprobé que mi hija lo disfrutaba mucho y que me forzaba a mirarme a mí misma de otro modo. Aprovechaba también para conversar con otras mamás, generalmente en español o en inglés y comprendí que hablar y escuchar me ayudaba mucho.
En muchos casos, las otras mamis coincidían conmigo en varios aspectos. Veníamos de experiencias muy productivas en nuestros países de origen y a pesar de carecer de contactos o de manejar el idioma al nivel de nuestro español, estábamos “haciendo cosas”. Algunas estaban tomando un descanso luego de su inserción laboral en el mercado alemán, otras buscaban trabajo y la gran mayoría estábamos realizando pequeños proyectos vinculados a la educación o el desarrollo.. Las opiniones y sentires que coincidían con los míos me ayudaron a reflexionar sobre mi propia situación y a pensar qué hacer. Me di cuenta que algo que me había resultado tan útil podría serlo igualmente para otras mujeres e imaginé un encuentro con todas. Me preguntaba si además, era posible avanzar juntas en algún proyecto o idea colectiva.
Nuestro proceso
En base a lo anterior, podría indicar que fue muy importante darme un tiempo para reflexionar sobre lo que estaba viviendo. El método de la Juventud Obrera Católica (JOC): Ver-Juzgar y Actuar me sigue sirviendo mucho. El primer paso fue VER mi realidad y a través de ella explicar mejor cual podría ser la realidad de otras mujeres como yo. Luego había que JUZGAR, analizar las causas del por qué de nuestras angustias o inquietudes y finalmente quedaba ACTUAR e intervenir en esa realidad para modificarla a nuestro favor.
Ya que mi hija no encontraba una plaza aun, opté por los intercambios personales con cada una de estas mujeres excepcionales. Compartíamos no solo nuestros problemas sino también lo que disfrutábamos de ser madres en Berlín. Uno de los temas importantes era nuestra integración a Alemania considerando que un aspecto vital de nuestro pasado era la experiencia laboral y profesional en nuestros países. La coincidencia de ser mamás en Alemania y ejercer este papel sin el apoyo efectivo de nuestras familias, era sin duda un hecho a tomar en cuenta. Por otro lado, sabernos madres en un país donde la maternidad se vive de una forma distinta, ponía en cuestión varias de nuestras seguridades. Deberíamos adaptarnos a esas formas de ser mamá o estar abiertas a poner en diálogo nuestros aportes a la conformación familiar en Alemania? Esta es una pregunta válida no solo para nosotras sino también para el conjunto de la sociedad alemana en tanto muchas madres en este país provenimos de otras culturas y de países multiculturales.
Al cabo de un tiempo se propició el primer encuentro y fue maravilloso. Era claro que había un potencial organizativo y de propuesta y que era mucho mejor caminar en grupo. Coincidíamos en que la migración le daba contenido político a la maternidad en tanto influenciamos directamente en la formación de los futuros ciudadanos de este país y por lo tanto, en las percepciones políticas y sociales de cómo participar en sociedad. La noción de ser alemán o europeo se trastoca cuando la mitad de un individuo procede de otra u otras culturas y su sentido de pertenencia e identidad también. Cómo provocar un diálogo saludable entre esas dos identidades que conviven en casa diariamente. Cómo se construye la familia al interior de estos hogares binacionales o bilingües y sobre todo, cómo ve y acepta la sociedad alemana esta realidad cada vez más generalizada en este país.
Sin embargo, las preguntas y las reflexiones que han provocado nuestros encuentros quieren traspasar los marcos de un cuadro interesante y estático. A nosotras nos motiva ponernos en acción y propiciar una integración de ida y vuelta. Cada quien es consciente de la necesidad de aprender alemán, respetar las reglas y sus instituciones pero también queremos explicitar que podemos ofrecer mucho a Alemania no sólo en términos de nuestra música y comida sino también en conocimiento, lengua y aporte profesional. Al respecto, hay temas que nos inquietan porque necesitamos conocerlos: cómo funciona el sistema alemán, cómo es el sistema educativo, cómo hacer más equitativas las relaciones entre alemanes y migrantes en el ámbito laboral, qué herramientas necesitamos para dialogar con la clase política y los actores que mueven este país, qué mecanismos deben activarse para abrir más plazas y escuelas bilingües que beneficien a nuestros niños. Por otro lado, podemos también expresar las ventajas de ciertos patrones de cuidado y alimentación que propiciamos en el hogar, el cómo construimos y protegemos la vida familiar y cómo ésta puede extenderse a los amigos, cómo expresamos los afectos sin minusvalorar la racionalidad y cuántas puertas pueden abrirse para aquél que también puede hablar en castellano.
Quiénes somos?
La última semana de noviembre, optamos por orientar el grupo hacia una planificación estratégica. En paralelo, hemos ido negociando con varias instituciones de la comunidad, la apertura de espacios de participación para nuestras propuestas pensando también en otras mujeres y familias. Siendo además, un grupo de profesionales en varios campos –educación, psicología, derecho, administración, contabilidad, diseño industrial, etc – y con una vida activa en ellos, existía la posibilidad de que estas ideas se extiendan a nuestra comunidad latina e hispanohablante en los distritos de donde provenimos.
Casi en consenso, nuestra grupo tomó el nombre de MaMis en Movimiento, por la combinación de estas dos variables que atraviesan nuestra identidad: la maternidad y la migración.
Nuestras conclusiones han sido las siguientes:
VISIÓN de MeM
Somos una asociación de madres, provenientes de familias multiculturales con un fuerte componente de habla hispana, de carácter independiente y que impulsa iniciativas de integración en la sociedad alemana
MISIÓN de MeM
MeM genera espacios de participación en la comunidad y propone estrategias de acción sobre su integración laboral, profesional y política en Alemania.
Objetivos de MeM
· Promoción del bilingüismo (escuela y familia)
· Integración social y laboral de madres hispano hablantes en Alemania
· Diálogo entre culturas hispano-alemanas (Europa y Latinoamérica) para la comprensión mutua y la participación ciudadana
Luego de este primer recorrido, nos queda por delante la planificación del siguiente año. Líneas de trabajo establecidas en el grupo son: a) la formación interna/coordinación; b) la proyección a la comunidad; c) la investigación y d) la difusión. Estamos en la etapa de dar concreción a estas pautas de trabajo con un cronograma establecido pero tomamos el tiempo con calma. En breve, tendremos más noticias.