Para
peruanas como yo, vivir la experiencia de los lagos en Berlin ha sido
más que un descubrimiento. Una de las cosas que me ha enseñado la maternidad ha sido descubrir y vivir el placer de los lagos. Y en Berlîn, hay
muchísimos, y a veces muy cerca de casa. A veces usamos el pretexto del dinero para mantener
esa sensación que nos perturba sin explicación alguna. Nos montamos en
la queja y nos quejamos. Nos quedamos en casa y obligamos a la alegría a no despertar....
Tomarse un par de días y dejarse impregnar
por el aire libre, un paseo por el bosque después de un día largo de sol, son una delicia. Se puedo hacer solo o no. La compañía de los niños/as, la
pareja y/o un par de buenos amigos, además de la mochila con la merienda
hecha en casa hace todo aun más
placentero.

Cuando mi niña aun iba a la Kita
aprovechaba algunos viernes para ir a algún lago con ella. Ahora que
està en la escuela, las oportunidades parecieran haber disminuido, pero
en realidad, solo han cambiado. Los lagos y los bosques siguen allî con
toda su magia y belleza.


No he escrito hace bastante tiempo sobre eso,
así que solo puedo limitarme a algunos pocos. Hoy quisiera presentarles
el Zesch am See. Esta zona està en la región de Brandenburgo , en una
zona llamada Zossen. En auto demora una hora y media; y un poco màs por
tren. El lugar es una esquina de la RDA con algunas familias de gente
mayor que llevan de vez en cuando a sus nietos. Hay un hermoso bosque en
el que se pueden encontrar setas Pfefferlinge -antes , las que consumía
el pueblo, y ahora cada vez más caras si quieres comprarlas - entre
otras, mejor después de tiempos de lluvia. Hay también un nuevo
retarurant con productos de la región llevada por una joven pareja de
chefs que se han instalado aquí después de una intensa experiencia
culinaria internacional. Se llama
Märkische Traube y lo que hemos probado nos ha encantado! La opción de acampar o alquilar un
bungalow son
también posibilidades al alcance de todos los bolsillos. En cualquiera
de los casos, se cuenta con agua tibia y caliente. Una ducha pública
con llave y un cuarto de baño con todo a disposición en las casitas, que
ademàs cuentan con una terraza si se desea comer fuera. Les anticipo
que los propietarios
no son la mejor fuente de amabilidad, pero cómo perderse la maravilla por una mala cara?
Después
de varios cambios de planes, pasamos una buena parte de
nuestras vacaciones aquí y felizmente, nos acompañó el mejor de los
climas, entre 23 y 38 grados por una semana consecutiva.

Para
quienes quieren pasar una velada romántica, Zesch am See es tambièn una
linda oportunidad. Después de 10 minutos caminando por el bosque,
existe un borde del lago con mesas y bancos preparados para ver el
pueblo y el lago azul. Si los niños no están o pueden quedarse con
amigos, es posible aprovechar esa boca de agua para esperar la noche con
velas y la voz apacible del lago. Yo aun no lo he hecho, pero ahora
que conozco este lugar, lo intentaré por lo menos una vez. Otra experiencia a recomendar es esperar la llegada de la noche y ver cómo se puebla de estrellas, de las estáticas y las fugaces. En menos de media hora, contamos 8 estrellas fugaces, arropados por las mantas, cojines y colchas que llevamos para la ocasión, y un vino tinto para compartir.
Ahora estoy cerca a nuestra hamaca, la que hemos colgado entre dos árboles que dan hacia el lago con un fondo musical que mi marido prepara para ocasiones especiales: una mezcla de ritmos latinos, música electrónica y pop. A lo lejos, veo a dos amigas que se han llevado a nuestros niños a nadar y a probar fuerzas, al otro extremo del lago. Mi hija grita y me advierte que ya están llegando. Se han llevado un par de flotadores por si los más pequeños como mi niña, no aguantaran.... pero lo han logrado y así como sus caritas, veo asomar sus risas o mejor dicho, carcajadas por la expedición realizada con los mayores.
Llega el momento de organizar la comida entre todos, porque el hambre siempre acecha cuando se ha nadado mucho... Hasta la próxima!
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