domingo, 8 de mayo de 2016
Celebrando el día de la madre en Wernigerode
Hace
tiempo que no he podido escribir. No por falta de ganas. Este fin de
semana fue especial y me dio la oportunidad de reflexionar y darme
la.pausa necesaria.Lo
habiamos planeado el ano pasado, hecho que es poco usual para una
familia espontánea como la mia.
El lugar se lama Wernigerode y es un
pequeño pueblo de Sachsen Anhalt. Lo especial del lugar no era solo que
conserva su arquitectura gótica y feudal o sus conexiones con las brujas
sino porque ha sido uno de los lugares más visitados durante las vacaciones
escolares por parte de mí familia alemana.
Como reconocieron mi marido y
mis suegros, los escenarios y el espíritu se habian conservado pero era
evidente la renovación y el cuidado del detalle estético después de la reunificación del país. Es una
suerte para quienes no han migrado reencontrarse con su pasado en el
momento que quieran y mostrarlo a los hijos y amigos en el camino…. Mi
hija estaba encantada. Y yo también. Cada esquina tenia una magia
especial, una anécdota, un recuerdo, una voz para narrar historias
aderezadas por el tiempo y los años.
Pasamos solo tres días, pero fueron muy intensos porque fueron esperados con el corazón, como dice mi niña. Paseos
en el campo abierto y sin fin, sintiendo el bosque y la naturaleza,
sentir que volábamos en el funicular mirando hacia arriba y hacia abajo
son momentos que van a recrearse y recuperarse desde hoy en nuestro
nuevo álbum familiar.
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