Soy simplemente una persona a quien le gusta viajar. Mis viajes han sido diversos. Empecé desde muy niña a recorrer mi país, el Perú y me enamoré del Callejón de Huaylas. Mis ojos de limeña no podían creer cuánto verde y cuanta nieve podía disfrutarse tan cerca. Luego vinieron los viajes en Latinoamérica y finalmente a Europa. Ahora vivo en Alemania pero ya no estoy de paso. Ya no soy más una extranjera. Soy una mujer migrante con muchos afanes y siempre tratando de encontrar respuestas colectivas a mis preguntas. En Berlín empecé un nuevo viaje y a caminar otra vez. Di a luz a mi mejor proyecto. Se llama Rosa Linda y ahora tiene año y medio. Con ella he aprendido a conocerme de otra manera y a ser más consciente de mis constantes migraciones... Hoy sigo caminando pero respirando otros olores y probando otros sabores y colores. Mi piel se alegra más cuando llega el verano y puedo ver el mar más de cerca.
En el camino que voy haciendo he ido encontrando a otras mujeres como yo que se resisten a disminuir sus múltiples identidades a una sola tarea y que necesitan más tiempo para pensar y re-crear la vida en este país. Este espacio busca ser una ventana hacia mis reflexiones - propias y compartidas con otros- sobre lo que significa experimentar la maternidad en la migración y de cómo nuestra mejor integración puede repercutir positivamente en la formación de los futuros ciudadanos alemanes.
La maternidad en sí misma puede tener una gran responsabilidad política pero sumada a una mejor convivencia entre varias culturas puede ayudar a una mejor integración.
jueves, 15 de octubre de 2009
Mar-i-pasos ... caminando en Alemania
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