Este mes se ha iniciado con muchos desafíos y buenas noticias. Claro, eso depende de nuestras propias percepciones. Para mí un desafio es también una buena noticia. Las buenas noticias asimismo no son las cosas cien por ciento positivas que vemos llegar. Digamos que trato de vivir la vida tomando lo mejor de ella, aunque no siempre lluevan flores blancas.
Hoy, mientras preparaba una ponencia y organizaba mi viaje ya que será en otra ciudad, me sorprendió el día con una suerte de luces que si bien han aparecido de vez en cuando, siempre terminaba con la decepción de que fueron solo de corta duración. Hoy no fue así. El sol salió muy temprano y era una invitación a salir. Solo pudieron hacerlo mi hija y su papi ya que a mí me tocaba redondear las ideas que no han llegado como hubiese querido. Lo lamenté por un momento pero luego pude recuperar el tiempo perdido. Mientras trabajaba, la luz se hacía más intensa y con ella mis ganas de terminar también. Aun no he podido redondear mis cuadrados pero estoy en ello.Ahora mismo, debo disfrutar el trabajo comunitario de mis vecinos. La verdad, en momentos como éste no me siento extranjera. Todos los vecinos tienen ninos y participan activamente embelleciendo el bello lugar que ya tenemos en el patio/jardín que es de todos. Más tarde una nueva barbacoa empezará y saldremos en familia a hacer las compras para el compartir de la tarde. Son casi las 7 pm y parece que aun estamos de día. Qué rico...
Antes me quedaba la mala conciencia por no haber disfrutado el sol con mi hija. Luego, lamenté no haber ido al cuentacuentos con ella. Ahora sigo lamentando que no he terminado la presentación que tengo pendiente... me pregunto si esto sirve de algo... Ahora mismo decido cerrar la máquina. Me preparo para las compras y la diversión que aguarda nuestra noche con sol. No hay tiempo para lamentarse. Cada momento es un regalo para aprovechar la vida que nos trae la gente con quien vivimos.
Buen día y qué rico disfrutar el sol de las 7 pm.
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