Hoy fue la fiesta de pascua en la Kita de mi hija. Desde muy temprano, los niños seguían la rutina del día y luego nos encontrábamos todas las familias para compartir un FRUMI (Früchstuck-Mittagessen/ desayuno-almuerzo). Con el aporte de todos, había una buena vianda para llevarse a la boca.
A eso de las 10:30 am nos dirigimos al jardín. Tocaba buscar los huevitos que dejaba el conejo, escondidos por diversos rincones. Los ninos y sus mamás o papás debían encontrar los suyos. Una actividad de la Kita había sido elaborar las canastitas de huevos con los nombres de los ninos. Cada uno empezaba la búsqueda con muchas ganas de encontrar la canastilla y sus regalos: un huevo de color y los chocolates. Mi niña encontró lo suyo al toque. Apenas entrando al jadín y no hizo nada mejor que pelar el huevo y comérselo.
Luego se aprovecharon los huevos sobrevivientes para hacer algunos juegos. El huevo en la cuchara, en la boca o con la mano, resultaron una buena estrategia. Los ninos entre ellos, las maestras con las mamás, y las mamás con sus ninos, hicimos las carreritas para calentarnos un poco porque hoy llegó una ola de frío nada parecido a la primavera.
La pasamos muy bien pero yo tenía que salir a una cita de trabajo. Ya le había hablado de esto pero igual me miró de frente y me dijo:"Mamá, debes decir a tus mamás que tienes reunión con tu hija y no puedes ir"... Aun así, al final comprendió y me dio un gran beso. La reunión que tuve me dejó nuevas energías siempre con mi niña en la mente.
De regreso a la Kita, estaba ella, lista para salir con mamá. Nuestra tarde queda entre nosotras y sigo pensando en cómo continuar con el mensaje de MI pascua. Hoy es jueves santo y Jesús será atrapado y juzgado. Manana sufrirá el dolor de la traición además de la muerte y así llegaremos al domingo, el día que más me gusta por el significado de la resurrección para mí, como cristiana.
Quizá todo vaya en una secuencia inesperada. Ayer me tocó contarle que estábamos despidiendo a un angelito. Asistimos a una misa para recordar al nino de un ano de unos amigos, que de un momento a otro, dejó de respirar. El momento fue muy triste pero solo pude hablar de la transformación del nino en un angel. Cuando ahora pienso en la resurrección, veo ambos momentos iguialmente difíciles de explicar. Por lo menos, queda la esperanza de que un día nos encontraremos todos otra vez, a pesar de la muerte...
Ahora lo sé. Voy a contar a mi hija que ese nino que estaba en el cementerio, se convertirá en un angel y el domingo es uno de esos días en que muchos tendrán esa oportunidad.
Pienso aun en la resurrección y espero que este domingo renazca algo lindo en nuestra familia y en las de ustedes. Me voy a dormir, junto a mi niña. Hoy está en mi cama, cansada del día y contenta porque aun sin entenderlo, sabe que no todo termina en la muerte.
Feliz Pascua!
No hay comentarios:
Publicar un comentario