miércoles, 12 de octubre de 2022
Buena cosecha
Revisaba mi texto anterior, en un momento de lucha contra la incertidumbre. Al final ésta resultó una buena aliada para re-mirar mi entorno de "otra manera". Tuve 3 meses para reorganizar mi patio interior y dar espacio a un nuevo tema. O debería decir mejor, un nuevo horizonte, que me guía hace ya tres años.
El fin de semana pasado fue una colección de buenos momentos y de muchos hongos en el bosque. Realmente, fue un tiempo de cosecha y no de búsqueda. Esta es una de las costumbres o tradiciones que ya son parte de mi biografía en Berlín. Salimos con amig:s, a distintos bosques, y en especial a los alrededores de Brückentin, que es un lugar maravilloso y al que vamos para decsansar por lo menos, tres veces al año.
Esta vez, la cosecha fue el preámbulo o el cierre de otras cosechas, en términos de amistad, visión conjunta y perspectiva. El balance de estos meses, a partir de julio ha sido genial. me he posicionado abiertamente por el pensamiento decolonial por supuesto, ésto orientó varias decisiones en mi vida. Menciono algunos encuentros emblemáticos, por el significado que no necesito contar, por lo que representaron esas personas en estos momentos. Menciono algunos nombres, Rachel, Renée, Alexander, Andrea, Katarina, Henrik, Somaye, Laura, Monika, Shakti, Lucía, Dorita, Julianna, Janet, por decir algunos. Todos me han reportado un nuevo aprendizaje y a veces, el propio desafío de poder combinar los pocos tiempos que dispongo para ubicar cada escena en la obra que corresponda, y en el tono que permita el concierto del día.
Me alegra poder conversar, compartir pero sobre todo, probar y degustar los lenguajes que se van creando en cada encuentro. Miro hacia arriba, y aparecen más nombres... La cosecha es más grande de lo que pensé.
A inicios de este mes de octubre y con los lindos colores del otoño berlinés, siento que puedo cargar mis canastas con alegría y el apetito normal de quien sabe que luego de la cosecha, viene la necesidad de ordenar y limpiar para poder alimentarse y alimentarnos.
Siguen en la paleta, los meses por venir, llenos de oportunidades por descubrir o implementar. Es necesario dar cuenta de ello y registrar el por qué de tanta bondad de la tierra. Hoy más que nunca , me siento madre, hija y hermana. Y me vienen las ganas de llamar al Perú, a mi familia.
Ahora suena el teléfono, como una sincronía del azar o de los buenos deseos, de esos que anhelamos con fuerza. Y estoy aquí para contestar.
Vamos por más.
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