Justamente por nuestras relaciones institucionales, logramos la información sino también la posibilidad de participar con nuestro proyecto por partida doble. Estuvimos presentes tanto en el Ministerio de Familia como en el de Cooperación al Desarrollo. En pocos días pudimos juntar a 7 mamás que acompanaron los dos días sendas presentaciones del grupo así como procurar ampliar nuestras redes. Todas quedaron muy lindas. En el Ministerio de Familia estuvimos: Raquel Relucio (Espana), Queta Hahn (Perú), Andrea Rossi (Argentina), Claudia Tribin (Colombia) y yo. En el BMZ, estuvimos: Juana Corral (Colombia) y Marita Orbegoso (Perú) acompanando al Sr. Zoels.
Como he comentado ya a mis companeras, a mí que elegí estar los dos días en ambos ministerios, llamó mi atención que sobre todo en el Ministerio de Familia, hubiera una casi total ausencia de familias migrantes o por lo menos, biculturales. Ni siquiera se me ocurre una crítica acertada. Solo transmito una observación de facto que me ayuda a entender uan de las frecuentes respuestas de instituciones alemanas cuando empiezo un contacto: la comunidad hispanohablante en Berlín se ve solo en determinados espacios. Por cuestiones de interés diverso - personal, académico, amical, etc - sé que los latinos o la comunidad hispana está muy bien organizada y que realizan eventos sobre todo culturales que movilizan a mucha gente pero es verdad que difícilmente se les ve en estos otros espacios de la vida institucional alemana.
La voz para defender nuestros derechos también pasa por hacer fuerte la voz de nuestras familias
Es un hecho que cuando me quiero relacionar a aspectos de solidaridad o desarrollo, mi forma de hacerlo es a través de mi grupo Infosstelle Peru. Desde allí, sigo conectada con lo que acontece enmi país, con campanas específicas que defienden los DDHH y el derecho al desarrollo. Desde allí organizo actividades en Berlín para mantener informados a los alemanes sobre lo que pasa en mi país. Sin embargo, desde que tuve a mi hija, me sentí responsable de hacer algo por personas como yo que por una razón u otra optaron por vivir en Alemania.
Desde que formamos MaMis en Movimiento, las iniciativas que han surgido junto a los contactos ganados me hacen notar que no siempre se nota que estamos aquí. Yo creo en la lucha por los derechos humanos y la equidad y no he dejado de ser activista en ese ámbito pero siento también que todo aquéllo que favorece una relación saludable al interior de mi familia es también muy valioso. Desde allí es posible generar mayor conciencia sobre lo que nos falta y lo que tenemos; sobre la necesidad de ganar la atención pública - a nivel social y político - para hacer más visible nuestro aporte a la sociedad alemana y así construir proyectos y acciones que beneficien a más familias como las nuestras; las que no son puramente alemanas.
Estando varias horas en uno y otro minsiterio, me di cuenta que familias como las nuestras no se hacen presentes allí donde empiezan a generarse las políticas públicas y demás acciones de peso institucional. Falta de información, el sentimiento de no sentirse bienvenidos, el sentir que no se gana nada con esto podrían explicar el por qué del NO VOY pero créanme, se aprende mucho. Existen muchas intituciones amigables y proactivas con las familias migrantes y muchas oportunidades que sin información, se pueden perder.
Ahora estoy en casa, reflexionando y ordenando ideas y las nuevas alianzas ganadas. Es verdad que hay mucho nuevo tabajo pero también me siento contenta porque así siento que vamos avanzando. Y saben qué, fue bonito compartir algo de esto con mi familia. Para que yo pueda avanzar, él y ella deben caminar conmigo y ése es un intento del día a día.
Un abrazo muy grande y muy buena semana!
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