Empezamos nuestra segunda excursión por la manana de ayer sábado, con una lluvia moderda que poco a poco fue desapareciendo. Aunque la luz era tenue , hubo mucha brisa para contrastar los días sobre 30 grados que tuvimos en Berlín. Tratándose de una caminata con ninos, esto fue muy conveniente.
Damián esposo
de una de nuestras MaMis, nos concedió su tiempo y conocimientos de arquitecto paisajista para hacer la caminata más interesante. Nos congregamos a las
11:00 am en un lugar de memoria denominado Gedenkstätte Berliner Mauer (entre la Bernauerstraße y una esquina de Bergstraße). El lugar se nos presentó como un proyecto iniciado el ano 2007 que espera concluirse en el 2012. Es verdad que Berlín está llena de historia pero fue la primera vez de paso por este lugar, incusive para los alemanes que caminaban con nosotros. Desde la entrada los testimonios gráficos y orales se dejaban encontrar. Mientras escuchábamos o mirábamos las imágenes, los asistentes podíamos caminar por lo que fue el muro en el pasado. La creatividad artística y arquitectónica jugaban con la metafora de la libertad y la dictadura. Unas barras de metal, por ejemplo, permitían ver de un lado lo que había detrás, pero desde otra perspectiva, todo quedaba cubierto por las barras.A unos 200 mts. de este lugar se había creado una capilla en recuerdo a la que existió en la RDA y que fue destruida en los anos 80. Testimonios de la fe colectiva de la gente, se expresaban en un campo de centeno que reverdece cada cierto tiempo. Las campanas que tanían en otros tiempos, yacían a un costado de la construcción. Detrás habia un cementerio y más fotos de aquéllos que perdieron la vida intentando escapar de la dictadura. Un museo y demás recuerdos de torres de control y lo que quedaba del Muro, nos dejaron pensando y sintiendo mucho...Continuamos la caminata hacia el Mauerpark y allí aprovechamos para descansar y escuchar a Olaf, otro de los esposos caminantes que nos contó su experiencia durante la división de Alemania y la coincidencia de experimentar la reunificación cuando estaba de paso por Moscú. Volver a Berlín, después de unas semanas de la fiesta de unidad, en un contexto de cambio tan fuerte, no dejaba de conmoverlo porque esto habría sido inimaginable cuando salió de viaje.Terminamos el paseo en una plaza de juegos al final del Mauerpark. Los ninos no habían dormido hasta entonces y siguieron así gracias a los amigos y papis que se hicieron cargo de ellos. Nosotras, paramos a comer y ampliar la mesa y la discusión agradecidas de este momento abierto al compartir y a la acogida del parque.
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